El trauma influye en nuestra existencia y en como nos vinculamos con la vida en todas sus áreas. Las dos metodologías que forman mi base terapéutica son la base de la Biodinámica Craneosacral y Perinatal.
La Biodinámica Craneosacral nos recuerda la matriz original que inicia con un despliegue embriológico y mantiene la integridad de nuestra forma en la vida.
Toda intención del ser humano es expandirse y a ello nos invita la respiración primaria y el aliento de vida a través de las mareas en nuestra línea media.
La línea media está formada por las vertebras y la base craneal, desde ella se despliegan distintos ritmos y mareas que expresan el aliento de vida como potencia biodinámica ,donde surgen las manifestaciones de sanación a nivel fisiológico que ordenan nuestro reino interno, compuesto por un gran holograma perfecto, el mundo celular , sistema nervioso, linfático, hormonal, tejidos, fluidos, estructura, el cuerpo en su totalidad .
La biodinámica Craneosacral nos permite presenciar una nueva forma de habitar la vida .
La base Perinatal profundiza en el trauma de nacimiento, nos muestra los ciclos y la vida como un fractal que se inicia desde el ser inconsciente y la memoria implícita que se manifiestan en la corporalidad y la forma como patrón inercial.
Tal y como hemos percibido las improntas traumáticas en las etapas de concepción, gestación y nacimiento, influye una secuencia en la forma que vamos a recrear en cualquier proceso .
La transmisión de la madre como vasija receptora, el estado del ovulo, del útero, del esperma, el impulso como potencia, y la conexión de ambos, expone la fuerza creadora de ambas energías que crean la vida, donde ya se transmiten memorias transgeneracionales de cada polaridad .
El desarrollo del feto, bebé en la gestación, viene influido por el estado de la madre, hábitos, energía del hogar, entorno, cambios en él, mudanzas, apoyo del padre, la relación con la familia, sucesos, influyen en el inconsciente del bebé y la memoria implícita.
Donde quedará expuesta la forma en que uno vive desde el inconsciente y como se expone frente a los procesos y que ya vienen condicionado por las improntas recibidas en el y la secuencia como patrón inercial.
La secuencia interna adquirida seguirá exponiéndose según la falta de maduración en los procesos de gestación surgirá el siguiente ciclo, el proceso del parto y como uno se enfrenta a los desafíos y la capacidad de generar recursos en cada ciclo, las contracciones como opresores, la capacidad de adaptación, la flexibilidad, el impulso, el primer contacto vincular marca una secuencia como forma y tipo de apego que se expondrá como patrón inercial .
Éste patrón es el que dirige la forma en la que nos desarrollamos, ya que nuestro sistema nervioso, cerebro, órganos, hormonas queda condicionado por la secuencia y el modo de supervivencia adquirido , a lo que el cuerpo y el inconsciente queda impregnado por ésta forma que nos dirige en como nos vinculamos con la vida y como nos reactivamos ante experiencias resonantes .
Aquí observaremos como las experiencias de abuso, dolor e inseguridad, pueden tener origen de las improntas inducidas como los forceps, presión, estímulos externos que han intervenido en el proceso natural , al que uno por resonancia recrea un estado disfuncional en la vinculación .
El trauma es parte de la experiencia en la vida, es parte del crecimiento y el desarrollo del ser humano, nos lleva a desarrollar los recursos y el impulso del instinto donde accedemos a la superación de los desafíos, que es parte del proceso evolutivo y de crecimiento.
Pero el sufrimiento crónico, la ansiedad , el estrés como forma, problemas en las relaciones, la desmotivación , la enfermedad, son la muestra del trauma no integrado en el que es necesario buscar el apoyo para volver a transitar los procesos para que se completen de manera natural para volver a sentir la calma, la confianza, la sabiduría inherente que restablece de nuevo el orden interno.
La supervivencia es un aliado en situaciones donde podemos evitar un accidente, pero vivir en supervivencia , no deja espacio para que la vida surja, se puede revivir una y otra vez el estado de alerta , donde se van sumando capas de retraumatización donde el cuerpo somatiza la enfermedad como no vida.
El trauma como fuerza dominante desarrolla una mente condicionada por la fuerza del instinto primario.
Donde surge un estado de hipervigilancia dominado ante un sistema nervioso colapsado, donde no hay espacio para la autorregulación, se pierde la confianza, se desconecta el sentir de la corporalidad, se pierden los límites del autocuidado generando la alerta como base .
El control, el estrés, la hiperactividad o la disociación, estado opuesto a la supervivencia de correr o combatir, la congelación son estados influidos por el trauma.
En la disociación el impulso queda anestesiado, congelado otra forma de supervivencia donde no hay capacidad de enfrentar las situaciones, aquí observamos la depresión como forma que impide la conexión con la vida, en el que se promueve un estado de auto suficiencia al que suele exponerse únicamente por necesidades básicas como supervivencia sin profundizar en relacionarse con la vida.
En la sesión creamos un entorno seguro donde recibir el apoyo sostenido ante revivir los procesos traumáticos para dar paso a la autorregulación .
Integrar las memorias nos permite establecer una nueva forma de encarnar el cuerpo y la vida, promueve soltar los apegos de las dependencias compensatorias , adicciones.
La terapia es un recurso que acompaña a dichos procesos donde además de incorporar nuevos hábitos como el autocuidado, nos lleva a establecer de nuevo la conexión con la vida y restablecer la salud .